Aprendiendo a escuchar con mi bebé

Fenómeno y Explicación

Observando las necesidades de mi hijo de 2 meses se me apareció de pronto un buen ejemplo de como se manifiestan las posibilidades de acción de acuerdo a las interpretaciones que cada persona le da a un evento o fenómeno estímulo y por supuesto, como cambian los resultados.

Fenómeno: “el bebé llora”.

Explicaciones:

           Abuela: “tiene un chanchito”
           Mamá: “quedó con hambre”
           Papá: “debe tener sueño”
           Hermano: “pésquenlo!”
etc.

En este caso nuestra contraparte (el bebé) carece de un lenguaje que nos logre explicar lo que le pasa, siendo su llanto y quizás sutiles variaciones en su tono y algunos movimientos lo que podría darnos alguna señal. En fin…

¿Qué creen que hará cada uno de los personajes para satisfacer la necesidad del bebé?

Podrías ser algo así (acciones):

          Abuela: tomarlo en brazos y palmotear su espalda hasta que un esperado chanchito salga.
          Mamá: ofrecerle pecho para que vuelva a mamar o preparar una mamadera con fórmula de relleno.
          Papá: pedirle a la mamá que lo haga dormir =)
etc.

Bueno, esto mismo ocurre en otras edades, y en diversas situaciones de la vida, y la mayoría de las veces actuamos del mismo modo. Sin embargo, olvidamos chequear con nuestra contraparte qué es lo que le pasa o dudamos de su respuesta. Anteponemos nuestras interpretaciones, opiniones y juicios y actuamos en consecuencia con lo que creemos.

¿Cuánto invertimos en preguntar “qué pasa?” y escuchar con confianza la respuesta?

¿Será desde aquí que nuestras acciones podrían ser colaborativas y obtener resultados más eficientes?

¿Tendrá que ver esto con convivir en un espacio de interrelaciones poderosas y en armonía?

Por otra parte y volviendo al principio, fue interesante para mí observar que cada interpretación al fenómeno estuvo dada desde el Ser (observador) que cada uno es. Quiero decir con esto, por ejemplo en mi caso, que a través de mi explicación, aparecen algunas de mis inquietudes más profundas: ser o no buena mamá, mi miedo a que le pasa algo si no come adecuadamente, «no soy suficiente»… conversaciones internas dignas de coaching que tienen profunda influencia y gatillan acciones que esperan responder a la interpretación que le di al llanto de mi bebé y no necesariamente a lo que “realmente” le pasa, dado que esto, no lo sé.

Así fue como en algunos de los llantos del fin de semana y ESCUCHANDO otras explicaciones, como la de mi suegra (la abuela), aprendí que no todo el tiempo mi hijo tiene hambre o queda con hambre como yo pensaba y pude redactar estas líneas con un nuevo entendimiento respecto a como se generan nuevos resultados. Así, dándole crédito al papá, por estos días DE APRENDIZAJE, dejé de darle relleno y está tomando 100% leche materna, ya que cuando más lloraba no era hambre como yo creía, ni chanchitos… sólo sueño; concluyendo así además, algo que “creía saber”, las diversas miradas suman y crean nuevas realidades.

Con esto quiero invitarte…

Te invito a mirar tus acciones, y como responden a una explicación que le diste a un evento específico y como los demás involucrados tienen otra mirada. Te invito a separar lo que pasó, con cómo te lo explicas.

¿Cuál fue el evento? ¿Cómo te lo explicas? ¿Qué emociones te aparecen en tu explicación? ¿Cómo se puso tu cuerpo? ¿Qué sientes? ¿Desde dónde surge esa explicación? ¿Para qué te sirve?

Te invito a conversar con otros qué piensan sobre lo que pasó o está sucediendo y qué acciones están disponibles en ellos para solucionarlo.

¿Qué te pasa escuchándo a otros? ¿Le das cabida a su mirada?

Te invito a elegir acciones con conciencia hacia la obtención de resultados, luego de escuchar otras posibilidades, quizás aparezcan opciones que no habías imaginado.

 

Si tus resultados no son como esperas, no sigas haciendo lo mismo, ábrete a nuevas posibilidades, escuchando a otros»

Eliana Rossi
Coach Ontológico